En Madrid, la ciudad de los jabalíes

Madrid ya no es solo la ciudad de los museos, los bares y los atardeceres en azoteas. Ahora también es la ciudad de los jabalíes. El Gobierno regional ha declarado una situación de emergencia temporal para controlar la población de estos animales, que cada vez se dejan ver más cerca de las carreteras y hasta dentro del casco urbano.La razón: su número ha crecido tanto que aumentan los riesgos de accidentes de tráfico y de encuentros inesperados con personas y mascotas.

Dónde es más fácil encontrarlos

Los avistamientos son frecuentes en zonas verdes y periferia:

  • El Pardo / Mingorrubio (Fuencarral-El Pardo)
  • Casa de Campo y Aravaca
  • Las Tablas – Sanchinarro

Incluso se han dado casos en el sureste, en barrios como Entrevías (Puente de Vallecas). Es recomendable extremar la precaución al amanecer y al anochecer, cuando más se mueven.

Riesgos para la salud

Las autoridades recuerdan que los jabalíes pueden transmitir enfermedades como triquinelosis, brucelosis, tuberculosis o peste porcina africana.

Un encuentro casual en la calle no es motivo de alarma, pero sí conviene evitar el consumo de carne de caza no controlada y mantener a las mascotas lejos de carroñas o restos de animales.

Qué hacer si te cruzas con un jabalí

  • Mantener una distancia de seguridad de al menos 20–30 metros.
  • No acercarse ni intentar darles comida.
  • No acorralarlos nunca, especialmente a las hembras con crías.
  • Retroceder despacio, sin dar la espalda ni hacer movimientos bruscos.
  • Llevar siempre a los perros con correa corta.

En carretera, si no puedes evitar el choque, lo más seguro es frenar en línea recta, sin volantazos hacia la cuneta o el carril contrario. Tras un impacto hay que señalizar con luces de emergencia, colocar el triángulo y llamar al 112. No se debe intentar mover al animal.

Las cifras

Según datos de la Comunidad de Madrid, entre 2012 y 2023 se produjeron una media de 120 accidentes de tráfico al año relacionados con jabalíes.

Conclusión: Madrid siempre sorprende. Ahora también hay que aprender a convivir con sus nuevos vecinos salvajes. Precaución, respeto y mucha distancia.